"
Contigo desbarataré ejércitos, Y con mi Dios asaltaré muros.- Salmo 18:29
El término asaltar proviene de un vocablo hebreo que trasmite dos ideas, la primera, arremeter por sorpresa; y la segunda, esforzarse por escalar con pasión sin detenerse.
Cuando el salmista dice que con Dios asaltará muros, nos enseña una gran verdad: una persona que conoce a Dios es capaz de vencer con pasión y con fe cualquier obstáculo que tenga delante, pero también enseña acerca de asaltar por sorpresa al enemigo.
El diablo, que anda como león rugiente buscando a quien devorar, nos tienta para hacernos caer y nos ataca para que resbalemos, él cree que vamos a desistir y a pecar en contra de nuestro Dios, sin embargo, nosotros tenemos el poder del Espíritu Santo para atacar por sorpresa al enemigo de nuestras almas y no pecar en contra de nuestro Padre Celestial.
Moisés fue un buen ejemplo de alguien que arremetió por sorpresa al enemigo. Satanás pensó que él no seguiría el llamado de Dios para liberar a la nación de Israel, pero Moisés con su fe en el Señor sorprendió al diablo al rehusar las riquezas de Egipto y decidió obedecer e ir tras el llamado de Dios.
Satanás nos presenta diferentes tentaciones y situaciones difíciles para impedir que obedezcamos a Dios, pero debemos pararnos firmes y atacar por sorpresa al enemigo caminando en obediencia a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
¡Con mi Dios asaltaré muros! Amén.